Madrugada del viernes al sábado. Son las 4:30 de la noche y en las Piscinas del Actur un autobús de Viajes Aneto espera a la expedición del Colo. Por delante, esperan 855 km. y más de 10 horas de carretera hasta Noia.
Los jugadores van llegando al lugar de salida y descansarán como buenamente puedan en los asientos del autobús. Junto a ellos viaja el entrenador Alfonso Rodríguez, el delegado Alfonso Ibañez y José Luis Beltrán, vocal de la directiva.
Las puertas se cierran y se inicia este largo viaje con tres paradas. A las 14:30 se llega a Noia, destino final, que recibe al Colo con un agradable clima, impropio de estas fechas en esa zona. Hora de comer: menú de 12 euros compuesto por pasta, pollo y fruta.
Después, los jugadores regresan al autobús para descansar antes de partir hacia el Pabellón Municipal Agustín Mourís, donde a las 18:15 horas se juegan tres puntos vitales frente al Noia Portus Apostoli.
Los jugadores dirigidos por Alfonso Rodríguez superan a su rival -semiprofesional-, en la pista, a pesar del cansancio acumulado por tantas horas de viaje -algo habitual esta temporada, por cierto-. En la grada, José Luis Beltrán ha ido mandando mensajes por Whatsapp para informar de lo que sucedía en el encuentro. Con el pitido final, la alegría invade a los jugadores que celebran un triunfo que puede ser muy importante de cara a la permanencia.
Antes de iniciar el viaje de regreso a Zaragoza, la plantilla cena en un restaurante de Noia. Son las 11:30 de la noche y es hora de volver a casa. Pasadas las nueve de la mañana, se llega a la capital aragonesa.
Esta es la historia, con final feliz, de un viaje por carretera de 1.644 km. y que demuestra el gran compromiso de los jugadores con el escudo del Colo.